Cuando nos compramos algún objeto de tecnología o un electrodoméstico para casa no lo hacemos pensando precisamente en el poco tiempo que nos va a durar, sino que creemos que será algo a lo que le sacaremos mucho partido. Pero esto no es así, las fábricas sacan productos sabiendo ya cuál será más o menos su vida media. De ahí que las lavadoras de nuestras abuelas durasen 30 o 40 años y las nuestras ronden la década. Pero en parte tiene que ser así también porque en el caso contrario no habría negocio, ya que no tendríamos la necesidad de adquirir otro producto. De hecho, hace poco salió la noticia de que a los propios teléfonos de Apple, tan populares en todo el mundo, les ocurría algo similar propiciado por su propia firma, que dejaba de sacar actualizaciones que los hiciesen compatibles con las nuevas actualizaciones para que tuvieses que comprarte uno nuevo. En definitiva, un nuevo panorama que nos hace plantearnos qué hacer cuando empiezan a fallar nuestros aparatos, si llevarlos a reparar a un lugar especializado como el Servicio Técnico de Alicante o si directamente comprar uno nuevo. Vamos a estudiar las opciones que tenemos.
Cuando algún dispositivo nos comienza a dar fallos recurrentes lo principal que debemos hacer es conocer cuál es el estado de la garantía, si la tiene o si ha caducado, así como qué clase de daño cubre dicha garantía y quién se hace responsable de ella. Es decir, puede que nuestra batidora esté en garantía, pero si por algún motivo le hemos dado un golpe por nuestra culpa o la hacemos acercado tanto al fuego que se nos ha quemado, eso no nos lo podrán cubrir. Asimismo, es posible que llevemos el aparato a la tienda y nos lo cambien por otro directamente, o que nos indiquen que lo mandarán a arreglar al servicio técnico o que somos nosotros quienes lo debemos llevar allí. Aquí tenemos que prestar atención también a las condiciones, por si somos nosotros quienes debemos correr con los gastos del envío del producto.
Otra de las opciones a la hora de ver que el producto ya no funciona correctamente o ya no nos rinde como es debido y nos vemos sin una garantía, es acudir, si lo creemos correctamente, a la oficina del consumidor con el tique de compra y presentar una reclamación. Me explico, si nos compramos una televisión que deja de estar cubierta por la garantía a los dos años y al tercero deja de funcionar, algún error tiene que haber, y no es un tiempo adecuado para que se estropee. Es por esto que podemos solicitar que el vendedor o el fabricante nos compense por ello o nos pague la reparación.
Por último, si ya no estamos ni en garantía y el producto merece la pena, podemos pensar también en la opción de arreglarlo si nos hace mucha falta. Para ello es conveniente pedir primero un presupuesto en el taller, ya que es posible que el arreglo pueda salir por un valor similar al de la compra de un producto nuevo, lo cual sería una mala inversión.
La venta del producto a un tercero
Muchas veces los productos dejan de dar el rendimiento que requerimos de ellos, sin embargo, todavía tienen una cierta vida útil para alguien que requiera menos servicios del mismo. Por ejemplo, esto nos puede pasar con un ordenador, ya que no todos le sacamos el mismo partido. Quizás, donde a nosotros la máquina ya no nos sirve para hacer grandes gráficos o diseñar programas, otro puede usarla para simplemente navegar por internet o escribir documentos. En este caso, venderla es una gran opción. Para ello, ahora mismo tenemos la suerte de que han salido un montón de aplicaciones que nos permiten ofrecer nuestros productos desde el móvil de una forma rápida: haciendo una foto con el mismo y subiéndola a la app con una descripción y el precio para que los demás usuarios de esta la vean y se pongan en contacto con nosotros para hacernos una oferta.