Me mudé hace 6 meses a vivir a Alcorcón, había aprobado unas oposiciones de Justicia y esta ciudad fue donde me adjudicaron la plaza. Una mezcla de felicidad por encontrar trabajo como funcionario unido a la tristeza de abandonar mi Cádiz natal.
Buenas calidades para tu hogar
Alquilé un apartamento totalmente vacío con opción a compra a pocos metros del juzgado, ya que nos mudamos, mejor estar lo más cerca posible. No soy de esas personas que adoran ir de tiendas, de hecho, me aburre bastante por lo general, pero debo reconocer que me hacía ilusión decorar mi casa, el que iba a ser mi espacio.
Un compañero de trabajo me recomendó Dismobel, una empresa online que había amueblado un chalet que tenía en Pelayos de la Presa. En un tiempo muerto, me puse a investigar en Google sobre la tienda. Era una empresa que tenía más de 65 años de trayectoria que contaba con dos tiendas físicas de 3.000 metros cuadrados de exposición, en las localidades de Villaviciosa de Odón (Madrid) y en Santa Cruz de Retamar (Toledo), una población a 60 kilómetros de Madrid. Además, también contaba con un catálogo de productos amplísimo.
La idea de que Dismobel tuviera tiendas físicas era algo que me encantó ya de primeras, como me dijo que entrase a su web, pensé que era una tienda online. Aunque las nuevas tecnologías avanzan que es una barbaridad como dice mi abuela, comprar muebles sin verlos in situ me echaba para atrás.
Mi idea era construir un espacio para mi nueva vida donde me sintiese cómodo y que realmente dijera algo de mí, al vivir solo podía permitirme tener la cada tal y como quería sin tener que estar pendiente de gustos de un compañero de piso o una pareja.
Estuve durante una semana mirando muebles en su web, hasta que el sábado por fin me decidí y fui a Villaviciosa de Odón que está bastante cerca de Alcorcón. La visita más encantadora no pudo ser, además de la amabilidad de sus empleados, pude ver la mayor parte de los muebles que buscaba, con la salvedad del sofá del comedor que lo tenían en color crema y yo lo quería en negro, aunque podían pedirlo.
Aunque tenía las medidas bien estudiadas me asesoraron para que pudiera optimizar más el espacio de mi hogar, pudiendo aprovechar el espacio disponible, las calidades del mobiliario me sorprendieron gratamente, pensé que serían muebles modestos, pero me equivocaba, gusto por el detalle y una enorme variedad de muebles que te hacían complicado elegir el que querías, aunque lo tuvieras ya más o menos decidido.
Al no ser muy manitas quería que me montaran los muebles al entregarlos, pero realmente no sabía cómo funcionaba el tema.
Muy amablemente me explicaron que el servicio de entrega de mi pedido incluía lo siguiente:
- Transporte del pedido que realizara hasta mi domicilio
- Subida del pedido a mi casa, en la planta que indicara en el pedido.
- Retirada de los distintos embalajes y el respectivo montaje de los muebles que sea necesario montar.
- En mi caso el coste del servicio fue gratuito.
- Me recomendaron que informara de las dificultades que pudieran hacer más complicada la instalación o el montaje de los muebles que se monten,
- El servicio se refería únicamente al montaje de los muebles que comprase con ellos, no incluía desmontar o retirar otros muebles que tenga en el domicilio o realizar conexión de tipo eléctrico.
No todos los productos necesitas que te los montes, existen productos del catálogo que se han fabricado en modo kit y son sencillos de montar, se entrega con su embalaje original. En caso de que necesiten contratar una grúa los muebles tendrá un coste que deberá ser pagado aparte del importe de tu pedido. Afortunadamente no fue el caso y todo lo pudieron subir sin tener que recurrir a esto, pero supongo que en casos de edificios antiguos o calles estrechas suele ser necesario este servicio.
Espero que todo esto te sirva para que conozcas mi experiencia con Dismobel, la verdad que han sido muy diligentes y ahora puedo decir que cuento con un hogar a mi gusto, lo que pretendía cuando les llamé. Apuesta por empresas que tengan una dilatada experiencia, así habrá menos posibilidades de sorpresas desagradables.