El mercado tecnológico también se presta a la segunda mano. Y no de una forma puntual, sino que el negocio se mueve bastante en lo relacionado con productos de segundo uso como ordenadores portátiles, de sobremesa para el trabajo u otro tipo de accesorios y elementos de informática, como pueden ser los monitores, por ejemplo, o piezas de repuesto. La venta de ordenadores portátiles de segunda mano en Madrid goza de buena salud. No hay más que caminar por el centro y fijarse en la cantidad de tiendas especializadas en componentes, revisiones y reventa de equipos informáticos al usuario. Fundamentalmente, esta buena salud del mercado de ocasión tiene lugar gracias a los intermediarios, que precisamente revisan y garantizan que estas máquinas de oportunidad estén en perfecto estado antes de su reventa al nuevo usuario. De esta forma, la confianza en el mercado de ocasión y oportunidades crece por parte del cliente, que ve como la calidad del producto no disminuye y satisface a la perfección las necesidades primordiales para las que fue adquirido.
El mercado de los ordenadores tiene una especie de vitola: parece que cuando uno se compra un ordenador tenga que ser completamente nuevo. Se tiene la opinión, posiblemente infundada, de que los ordenadores empiezan a decaer en su funcionamiento desde la primera vez que pulsamos el botón de encendido. Sin embargo, lo cierto es que la calidad y las prestaciones de estos equipos se han aumentado tanto que, ahora, es posible que un ordenador, con algún ligero cambio de piezas, casi siempre debido al desgaste, pueda durar mucho tiempo en uso. Esto ocurre hasta tal punto que el mercado de segunda mano funciona gracias a esta garantía de componentes y piezas con la que cuentan los equipos.
Una de las ventajas de comprar equipos informáticos de segunda mano es que el usuario puede adquirir un equipo de prestaciones muy elevadas, incluso de carácter más profesional que de usuario, ya sea para trabajar o para uso personal, por un precio mucho más bajo que, incluso, un ordenador “normal”. Esto implica que el precio por prestación se reduce de forma considerable, hasta tal punto que el cliente puede disfrutar de componentes de gama profesional (tarjetas gráficas, de sonido, una memoria RAM que permita hacer todo con rapidez, discos duros de gran tonelaje, etc.) a precio que podríamos denominar casi “de saldo”.
Mientras los fabricantes continúan experimentando y sacando al mercado nuevos modelos, a cada cual más sofisticado, tanto portátiles (en el caso del artículo) como de sobremesa, el mercado de la segunda mano se va nutriendo de todos esos modelos que, una vez comprados, se quedan pequeños para las necesidades del usuario primario, pero todavía tienen una vida útil perfectamente extensible. En muchos casos, de hecho, sorprende el poco tiempo que duran los equipos en manos de sus compradores primarios, que los venden al mercado de ocasión con una vida de uno o dos años y sin apenas desgaste. Comprar un ordenador en este mercado de la oportunidad es, en muchos casos, casi como comprarlo nuevo. Al menos en cuanto al disfrute y el estado de sus componentes.
De la mano del mercado de ocasión, en la informática también surge el mercado de la venta de componentes y repuestos. Establecimientos como la tienda IDC en Madrid se encargan de mantener vivo este espíritu de recambiar las piezas desgastadas e incluso mejorar el equipo con la incorporación de nuevos componentes. La versatilidad de este tipo de mercado es total y permite que el usuario pueda modificar a su antojo la máquina, para redefinir su escala de valores y prestaciones hasta lo que él necesita de su ordenador. Al final, la relación que mantiene uno con su equipo es mucho más extensa de lo que se piensa. Necesitamos que el equipo informático con el que operamos nos ofrezca la mayor garantía de calidad en componentes, hardware, como en programas, software, y por eso nos encargamos de que tenga los mejores elementos posibles. Gracias a esa tendencia de la segunda mano, podemos disponer de equipos mejorados (componentes y repuestos) o de gran capacidad (mercado de segunda mano) por precios mucho más económicos de lo que hubiésemos pensado nunca.