TraiciĆ³n en la industria del videojuego

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Cuando escuchamos o pronunciamos la palabra ā€œdetectiveā€ es probable que a nuestra mente acudan todo tipo de imĆ”genes relacionadas con producciones cinematogrĆ”ficas americanas. En EspaƱa muchos tendemos a pensar que esta figura es casi como un mito y que aquĆ­ no tenemos la opciĆ³n de contar con este tipo de recursos para que nos ayude a resolver muchos de nuestros problemas.

Pero sĆ­. En realidad sĆ­ que podemos hacerlo y, si nos informamos bien podemos contar con la ayuda de los mejores profesionales. Muchas empresas estĆ”n interesadas en hacerse con los servicios de estos detectives para conocer si estĆ”n padeciendo algĆŗn tipo de fraude con respecto a su entorno. Cuando existe la mĆ”s mĆ­nima sospecha, no hay que tener ningĆŗn atisbo de duda.

En la actualidad soy el director gerente de una importante empresa dedicada al diseƱo de videojuegos para PC y aplicaciones para mĆ³viles. AƱo tras aƱo trabajamos duro para crear unos videojuegos que enganchen a todos los ā€˜gamersā€™ de nuestro paĆ­s y para ello contamos con una plantilla muy cualificada y caracterizada por aptitudes como la originalidad.

Por regla general, quienes nos encargamos de dirigir y gestionar la empresa estamos muy contentos con la labor y el tesĆ³n de nuestros trabajadores. Gracias a ellos obtenemos unos beneficios y una imagen muy positivos y sin estos trabajadores nuestros productos carecerĆ­an de la calidad que atesoran.

Sin embargo, durante los dos Ćŗltimos aƱos hemos tenido motivos de sobra para preocuparnos. No es que la eficiencia o esa originalidad de la que os hablaba se haya visto afectada por cualquier cosa. Desgraciadamente, se trata de algo mucho mĆ”s grave y que podrĆ­a haber puesto en peligro la prosperidad de nuestro negocio. Hace dos veranos nos dimos cuenta de que una de las empresas que componen nuestra competencia habĆ­a lanzado un juego similar al que estĆ”bamos desarrollando desde nuestra entidad. Simple casualidad, podrĆ©is pensar algunos. Sin embargo, ĀæcuĆ”ntas empresas espaƱolas han apostado por la creaciĆ³n de un videojuego de ciclismo alguna vez? ĀæNo parece un poco extraƱo que en el momento en el que nosotros nos estĆ”bamos encargando de diseƱar uno de esos videojuegos la empresa de la competencia tambiĆ©n lo hiciera?

Comenzamos a sospechar. TenĆ­amos la necesidad de saber si entre nosotros se encontraba alguien que, intencionada o inintencionadamente, hubiese suministrado informaciĆ³n a nuestros competidores. Y para salir de dudas necesitĆ”bamos contratar a un detective que se encargara de comprobar algunos de los movimientos de nuestros trabajadores. A tal efecto contactamos con www.castellanadetectives.com, una empresa especializada en labores como la que demandĆ”bamos y que poseĆ­a una amplia experiencia.

Cazado a tiempo

ConfiĆ”bamos ciegamente en los profesionales de Castellana Detectives y sabĆ­amos que su suerte serĆ­a la nuestra para abordar este caso. TenĆ­amos que descubrir si existĆ­a alguien que nos estuviera traicionando y, en caso positivo, de quiĆ©n se trataba. Era una cuestiĆ³n de la que dependĆ­an nuestro dinero, nuestro trabajo y nuestro futuro.

Tras varias semanas realizando las oportunas investigaciones los signos de la traiciĆ³n fueron mĆ”s que evidentes. El detective que habĆ­amos contratado nos informĆ³ de que Adolfo, uno de nuestros trabajadores, mantenĆ­a encuentros periĆ³dicos con uno de los responsables de la empresa competidora. Nos demostrĆ³ que ese encuentro realmente existĆ­a invitĆ”ndonos a acudir un martes por la noche a un restaurante de moda de la ciudad, momento y lugar en los que se celebraban las reuniones. Efectivamente, al acudir a ese restaurante descubrimos a Adolfo junto a uno de los ejecutivos mĆ”s distinguidos de los competidores. Le habĆ­amos descubierto.

Sin esperar ni un solo dĆ­a, despedimos a Adolfo y presentamos una demanda formal contra Ć©l. Curiosamente, desde su despido no hemos vuelto a tener ni un solo problema de trasvases de informaciĆ³n. Este caso nos ha afectado moralmente (confiĆ”bamos en Adolfo) y tambiĆ©n econĆ³micamente. Se trata de algo que no puede volver a suceder y que hemos conseguido resolver Ćŗnicamente gracias a la ayuda de un profesional de la investigaciĆ³n.

 

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