Con la llegada del final del siglo XX, se empezó a desarrollar una nueva manera de entender el ocio, especialmente entre las personas más jóvenes. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de un asunto como lo es el de los videojuegos. Sin duda, causó verdadera sensación que pudiéramos sentarnos delante de una televisión a disputar, por nosotros y nosotras mismas, un partido de fútbol o una carrera de rally. La verdad es que esa fue una auténtica revolución. Muchas personas se sintieron identificadas con esa nueva manera de entender el ocio y rápidamente la asumieron como propia, adquiriendo el videojuego que consideraran más interesante de acuerdo con sus gustos.
Como es evidente, nada tiene que ver la industria del videojuego de antes con la de ahora. Y, por supuesto, tampoco tiene nada que ver el conjunto de gráficos de los que dispone un juego ahora en comparación con los años anteriores. Si ahora vemos algún vídeo en el que podamos ver cómo eran antes estos videojuegos, probablemente alucinaríamos y empezaríamos a valorar de manera mucho más grande el cambio tan grande que se ha producido en esta materia. Pero, por aquel entonces, con el simple hecho de poder disfrutar de jugar virtualmente a algo delante de nuestra tele era suficiente para sentir que habíamos cambiado de galaxia.
Con el paso de los años, todo eso ha ido evolucionando mucho más. Y en todos los sentidos. No solo ha ido cambiando el conjunto de gráficos de los que se componen los juegos, sino que también se ha transformado la manera que tenemos de jugar con ellos. La incorporación de Internet a estos juegos ha hecho que hayamos dejado de competir “contra la máquina” y que ahora nos enfrentemos unos contra otros. Una buena muestra de ello es el FIFA. Antes, lo que era habitual era que un jugador disputase un modo carrera con sus equipos favoritos. Ahora, ya no es así, sino que nos hemos comprado dicho juego para poder competir contra otros jugadores situados en otra parte del mundo. Hay competiciones, hay ganadores y dinero en juego. Casi nada.
Son muchos los datos que muestran que los eSports han venido para quedarse entre nosotros. Algunos de ellos los recoge una noticia que vamos a compartir con vosotros y vosotras y que fue publicada por el diario Marca. En ella, se indican cuáles son los mayores eventos de eSports en España y se establece que son más de un millón de aficionados y más de 14 millones de euros los que generan los deportes electrónicos en el interior de nuestras fronteras. La verdad es que estamos hablando de unas cifras que no se podían imaginar hasta hace bien poco pero que muestran que la industria del videojuego y su comunidad han crecido de lo lindo de un tiempo a esta parte.
En otra noticia, en este caso publicada en la página web Newtral, se hacía saber que España es ya la quinta industria del videojuego en Europa. Esto se debe a que, en solo ocho años, los que transcurrieron desde 2014 hasta 2022, las ventas se duplicaron al pasar de 996 millones de euros en el primero de esos años a ser de 2012 millones en el último año de esa serie. Teniendo en cuenta que se dedica una media que supera las siete horas a la semana de uso de un videojuego en España, la verdad es que no no nos extraña en absoluto que nos hayamos convertido en una potencia de esta industria. Y ojo, que vamos a más.
Además de todo lo que estamos indicando, hay que decir que los eSports han ido generando eventos que ya son multitudinarios y que llaman la atención de una buena amalgama de patrocinadores. Pabellones deportivos como el de Vistalegre ya se han llenado para asistir a campeonatos de todo tipo de videojuegos y la verdad es que este tipo de cuestiones se empiezan a convertir en habituales en los años en los que nos encontramos. En esos eventos, los mejores jugadores de esos videojuegos se miden entre sí en lo que viene siendo una oda al espectáculo y a la emoción, que a fin de cuentas es lo que llama la atención de una afición cada día más numerosa.
El boom de los eventos y campeonatos de gaming se ha acrecentado en un tiempo que ha sido caracterizado también, en términos de salud, por la llegada de la pandemia. Esto ha obligado a los organizadores de esos eventos a realizar un esfuerzo considerable en materia de seguridad y de higiene de los espacios compartidos por los jugadores que participan en estos eventos, algo que se ha mantenido incluso después de que cayeran todas las restricciones ocasionadas por el COVID. Desde Stocknet Vallès, una entidad que tiene la capacidad de proporcionar productos que hagan posible esa seguridad e higiene, nos han indicado que la organización de eventos como estos en Barcelona no ha dejado de tener en cuenta cuestiones como la higiene a pesar de que la pandemia ya sea una cosa del pasado.
El resultado de esto ha sido un éxito rotundo de eventos como estos en todos los sentidos y una promoción perfecta de todo lo que tiene que ver con una competición de gaming. Son muchas las personas que se han sentido atraídas por todo lo que un evento así puede ofrecer y la verdad es que no es para menos. Sin duda, que todo esté siendo tan espectacular y se tenga en cuenta la seguridad y comodidad de los aficionados y aficionadas ha valido para que sean muchos los argumentos para acudir a eventos de este tipo, que por otro lado gozan de una mayor aceptación en la sociedad y de una cobertura cada vez más grande en los medios de comunicación de masas.
Un público que ahora es más amplio que antes
Indicábamos más arriba que, cuando surgieron los primeros videojuegos, el público era esencialmente joven. Podríamos decir que eso se ha ido transformando a medida que han pasado los años. Y es que ahora, además del público joven, también han ido calando los videojuegos en el público de mediana edad, ese que era joven cuando empezaron a llegar los videojuegos a España y que no ha dejado de lado nunca una manera de divertirse como la de encender el televisión y disfrutar al máximo de todo lo que un videojuego puede proporcionar a las personas en la sociedad actual.
A ese aumento en el espectro de edad hay que añadir una cuestión que también está siendo básica en lo que tiene que ver con el desarrollo de los eSports, que no es otra cosa que la crisis de los deportes más tradicionales. El fútbol está en el punto de mira de mucha gente principalmente por cuestiones asociadas a los malos horarios y al hecho de que todo el fútbol es de pago. A día de hoy, hay que pagar por ver todas las competiciones, incluso las que no son profesionales, como ocurre en la actualidad en la Primera RFEF, la antigua Segunda B. Ocurre lo mismo con el baloncesto europeo y también con deportes menores como el fútbol sala o el balonmano. Es una lástima que el deporte tradicional se encuentre en esta situación, pero la realidad es la que es.
Las redes sociales son las mejores herramientas de promoción para esto
La irrupción de las redes sociales no ha sido simultánea a la de los videojuegos y la de las competiciones de eSports, pero una cosa y la otra se han complementado a la perfección durante los últimos años. De hecho, las redes sociales han sido el mejor altavoz para promocionar todo lo que tiene que ver con las competiciones de deportes electrónicos. De no haber sido por ellas, la cantidad de adeptos que tendrían esas competiciones sería bastante menor a la que se viene registrando en la actualidad. Esto ofrece muy pocas dudas a la gente que se encuentra especializada en el asunto.
Todo el mundo tiene claro que los eSports no solo han venido para quedarse, sino que van a seguir creciendo de cara a los años que están por venir. Cada vez más gente está interesada en ellos y cada vez más personas conocen a las estrellas de cada juego en particular, algo en lo que han tenido mucho que ver esas redes sociales de las que estábamos hablando en el párrafo anterior y que van a continuar siendo la mejor manera de vender un producto como lo son esas competiciones.
Ojalá que esto se convierta en un fenómeno de masas como lo son los deportes tradicionales. La sociedad necesita diversidad en lo que tiene que ver con el ocio y esta puede ser una muy buena manera de conseguirlo. A fin de cuentas, y teniendo en cuenta lo importante que resulta para la gente cuidar de sus momentos de ocio, este es un modo de acercar la felicidad a nuestros hogares y a nuestras vidas. ¿Y quién no quiere conseguir eso?